Sobre el escritor.

Todos tenemos pensamientos, pero jamás serán iguales los tuyos a los míos, podrán ser parecidos pero jamás iguales, se que todos tenemos gustos diferentes pero me es fascinante observar a los demás para saber sus gustos también me gusta demostrar lo que se o mas que eso dejar que las personas lean mis pensamientos ya que el escribir para mi es sencillo, fácil, es por eso que demuestro mis emociones a través de estas líneas. By: Saraa L. Morgan

sábado, 10 de julio de 2010

Algunos recuerdos.


Hay veces que no logro comprender a las personas de mí alrededor, es muy complicado ser “Yo” ya que hay días en los que ni siquiera se que es lo que quiero de la vida, que es lo que espero de las demás personas o cual será mi final.Un dia mientras iba caminando por la calle mire a un niño dándole una moneda a un viejo que estaba sentado en el suelo, la mama se disgusto al ver que su hijo le daba su dinero a un mendigo y le pido al anciano que le regresara el dinero a su hijo, el anciano sin comprender nada miraba al niño, el pequeño voltio y le dijo a su mama que él no quería de regreso su dinero, que quería que el viejo lo conservara, la madre jalo del brazo al niño bruscamente y se lo llevo mientras lo regañaba, cuando pase a un lado del anciano mire que una lagrima corría por su mejilla, pregunte si se encontraba bien, a lo que él me contesto: “Yo no quiero que la gente me tenga lastima, no quiero que me den su dinero, puedo perfectamente trabajar, es solo que la depresión no me deja”.me asombre de lo que escuchaba, después me di cuenta que el señor estaba bien vestido, que estaba con cabello corto y bien rasurado, no era un mendigo, era simplemente un señor sentado en la calle, continúe con mi camino, tratando de entender lo que acababa de pasar hace apenas unos minutos, después como siempre, en mi cabeza comenzaron a surgir muchas preguntas, preguntas que no puedo responderme pero que aun así las pienso, quisiera en verdad, poder evitar eso, evitar el hacerme tantas preguntas, pero simplemente no puedo, ahora cada que paso por la calle y miro a alguien en el suelo, mal vestido, sucio, hambriento pero aparentemente con la capacidad de sobresalir, quisiera escuchar que dijera lo que alguna vez escuche de un anciano sentado en la calle deprimido y solo. By: Saraa L. Morgan

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