Muchas veces nos preguntamos, ¿Estamos a salvo de la violencia?, será que nuestra ciudad es segura, o la delincuencia esta cada vez peor, y cuando vivimos ciertas experiencias nos preguntamos, ¿Por qué a mí?, ¿Qué hice para merecer esto?, etc., etc.
Pero curiosamente, a Jaime le paso algo parecido, solía caminar por su ciudad, en busca de aventuras, a veces incluso solo por el gusto de hacerlo.
Jaime vivía en una de las ciudades aparentemente muy peligrosas, o al menos eso dicen en los noticieros y programas por el estilo.
A Jaime nunca le había tocado vivir una experiencia desagradable en su ciudad, de hecho, en si no la vivió.
Un día tranquilo, a Jaime le robaron su celular, a él no le interesaba lo material, sino el contenido de este. Fotos, videos de su familia y amigos, informacion de él, planes, y por supuesto números de teléfono de sus amigos.
En fin, Jaime jamás supo en que momento le robaron el teléfono, pero después de lo sucedido se puso a pensar, en que él había sido el culpable de que le robaran, puesto que, él no había tenido el cuidado necesario para mantener “a salvo” sus objetos, incluso, anteriormente, había pensado en el tema de la delincuencia, y curiosamente dudo de sí mismo, dudo de su ciudad y finalmente dudo de las personas de su alrededor. By: Saraa L. Morgan
Pero curiosamente, a Jaime le paso algo parecido, solía caminar por su ciudad, en busca de aventuras, a veces incluso solo por el gusto de hacerlo.
Jaime vivía en una de las ciudades aparentemente muy peligrosas, o al menos eso dicen en los noticieros y programas por el estilo.
A Jaime nunca le había tocado vivir una experiencia desagradable en su ciudad, de hecho, en si no la vivió.
Un día tranquilo, a Jaime le robaron su celular, a él no le interesaba lo material, sino el contenido de este. Fotos, videos de su familia y amigos, informacion de él, planes, y por supuesto números de teléfono de sus amigos.
En fin, Jaime jamás supo en que momento le robaron el teléfono, pero después de lo sucedido se puso a pensar, en que él había sido el culpable de que le robaran, puesto que, él no había tenido el cuidado necesario para mantener “a salvo” sus objetos, incluso, anteriormente, había pensado en el tema de la delincuencia, y curiosamente dudo de sí mismo, dudo de su ciudad y finalmente dudo de las personas de su alrededor. By: Saraa L. Morgan
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