Muchas veces pasamos horas tratando de elegir la vestimenta perfecta y al final, aquella persona tan especial por la que te arreglas te mira con una sonrisa encantadora y te dice que no es necesario arreglarse tanto porque mientras el alma y el corazón sean perfectos lo demás sale sobrando.
Momentos van y vienen en nuestra memoria, sin embargo nosotros podemos decidir cuáles son mas especiales que otros, podemos recordar el día, la hora, el lugar, la fecha incluso el segundo más especial de nuestra memoria, como pasando la película de nuestra vida en cámara lenta para poder disfrutarla con nuestros 5 sentidos y desde todos los ángulos posibles.
Un día cualquiera caminas por la calle pensando en esa persona tan especial, te das cuenta de que has cambiado, y cuando juraste que no que ibas a cambiar por nada del mundo y mucho menos por nadie, te das cuenta de que ha valido la pena porque esa persona es tan especial que no importa cuánto se tenga que cambiar mientras se siga siendo la misma persona y que el alma y el corazón estén intactos.
Miras a tu derecha, ahí está, el vestido perfecto para tu cita, lo admiras y pasas horas imaginando lo hermoso que sería estar con esa persona usando ese vestido tan espectacular y piensas, “Lo va a amar”.
Cierras los ojos y te das cuenta de que esa persona no va a notar tu vestido, porque sabes que eres tan especial para él que va a estar mirándote fijamente a los ojos toda la noche, como imaginando que eres esa persona y si eres tan especial para él como él lo es para ti, tu pasaras la velada mirándolo fijamente a los ojos sin siquiera ver si limpio sus zapatos.
Entonces, te das cuenta de que no necesitas un vestido perfecto, sino amar con el corazón y con el alma y entregarlo todo para así poder amar eternamente. By: Saraa L. Morgan
Momentos van y vienen en nuestra memoria, sin embargo nosotros podemos decidir cuáles son mas especiales que otros, podemos recordar el día, la hora, el lugar, la fecha incluso el segundo más especial de nuestra memoria, como pasando la película de nuestra vida en cámara lenta para poder disfrutarla con nuestros 5 sentidos y desde todos los ángulos posibles.
Un día cualquiera caminas por la calle pensando en esa persona tan especial, te das cuenta de que has cambiado, y cuando juraste que no que ibas a cambiar por nada del mundo y mucho menos por nadie, te das cuenta de que ha valido la pena porque esa persona es tan especial que no importa cuánto se tenga que cambiar mientras se siga siendo la misma persona y que el alma y el corazón estén intactos.
Miras a tu derecha, ahí está, el vestido perfecto para tu cita, lo admiras y pasas horas imaginando lo hermoso que sería estar con esa persona usando ese vestido tan espectacular y piensas, “Lo va a amar”.
Cierras los ojos y te das cuenta de que esa persona no va a notar tu vestido, porque sabes que eres tan especial para él que va a estar mirándote fijamente a los ojos toda la noche, como imaginando que eres esa persona y si eres tan especial para él como él lo es para ti, tu pasaras la velada mirándolo fijamente a los ojos sin siquiera ver si limpio sus zapatos.
Entonces, te das cuenta de que no necesitas un vestido perfecto, sino amar con el corazón y con el alma y entregarlo todo para así poder amar eternamente. By: Saraa L. Morgan
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