Y sin siquiera saber el porqué, ahí estábamos los dos, peleando nuevamente por que iba a pasar después de aquella noche, sin siquiera pensar en el futuro decidí marcharme, dejarlo ahí y marcharme para siempre.
Después de unos días de ignorar sus llamadas, romper sus fotografías, tirar todos sus recuerdos a la basura abrí la puerta de mi departamento y había una nota, supuse que sería de él, así que la deje en el suelo y continúe con mi día.
No sabía qué hacer, él se había convertido en todo para mi, mi tiempo y mi corazón eran de él, sin embargo jure que no regresaría, que él se había equivocado y que no iba a continuar con su mentira; pero me engañaba a mí misma, pues todas las noches desde aquel jueves había llorado por él, y aun que sabía que era una tonta, aun lo extrañaba, lo que había cometido realmente no tenía importancia, pero me habían enseñado a jamás ver el pasado de distinta manera, entonces, me dirigí al metro para ir al trabajo y ahí estaba él, justo frente a mí con un disfraz de oso, pero no cualquier oso, sino un oso panda, mis osos favoritos, y a su lado, sus cosas, me acerque a él y le pregunte qué estaba haciendo allí, me abrazo y me dijo al oído: “Fui un estúpido, por favor, perdóname”.
Después de abrazarlo fuertemente, lo mire a los “ojos” y le dije: “Yo nunca regresare a tu vida”. By: Saraa L. Morgan
Después de unos días de ignorar sus llamadas, romper sus fotografías, tirar todos sus recuerdos a la basura abrí la puerta de mi departamento y había una nota, supuse que sería de él, así que la deje en el suelo y continúe con mi día.
No sabía qué hacer, él se había convertido en todo para mi, mi tiempo y mi corazón eran de él, sin embargo jure que no regresaría, que él se había equivocado y que no iba a continuar con su mentira; pero me engañaba a mí misma, pues todas las noches desde aquel jueves había llorado por él, y aun que sabía que era una tonta, aun lo extrañaba, lo que había cometido realmente no tenía importancia, pero me habían enseñado a jamás ver el pasado de distinta manera, entonces, me dirigí al metro para ir al trabajo y ahí estaba él, justo frente a mí con un disfraz de oso, pero no cualquier oso, sino un oso panda, mis osos favoritos, y a su lado, sus cosas, me acerque a él y le pregunte qué estaba haciendo allí, me abrazo y me dijo al oído: “Fui un estúpido, por favor, perdóname”.
Después de abrazarlo fuertemente, lo mire a los “ojos” y le dije: “Yo nunca regresare a tu vida”. By: Saraa L. Morgan
No hay comentarios:
Publicar un comentario