Era una tarde muy tranquila, Jaz se
encontraba sentada en el malecón esperando a que llegará Carlos, su novio, ella
estaba muy emocionada porque por fin pasarían la tarde juntos luego de muchos
días de no verse por cuestiones laborales, Jaz no solo estaba emocionada de
verlo, sino que tenía que contarle que había sido aceptada en la escuela de
escritura más famosa y que estaba lista para comenzar a trabajar en su propio
libro y dejara las historias atrás, luego de unos minutos de retraso por fin apareció
Carlos.
Jaz corrió hacía él y lo abrazo con
mucha ternura, le dio un beso y luego lo volvió a abrazar, Carlos estaba algo
apático y no estaba cómodo con lo que estaba sucediendo, pero Jaz estaba tan
emocionada que no se percató de lo que sucedía, caminaron hacía una banca
cercana, Jaz no dejaba de hablar con respecto a lo mucho que lo había
extrañado, de cómo le había ido en el trabajo, de su cita en el doctor y justo
cuando iba a comenzar con la noticia sobre la escuela Carlos la interrumpió.
-Jaz, escucha, hay algo que quiero
decirte.
Jaz se quedó callada, y al ver el rostro
de Carlos, su actitud cambio, logró ver el cambio de su novio, pensó que quizás
sería algo con respecto a su familia o que quizás lo habían corrido del
trabajo, ella se sintió muy egoísta de atacar a Carlos con tantas palabras y de
no haber notado lo mal que se veía.
-¿Qué sucede Carlos?, ¿Todo está
bien mi amor?
Carlos soltó las manos de Jaz que
previamente había tomado, se levantó de la banca, caminó un poco, puso sus
manos en la cabeza y luego bruscamente regresó, se sentó y miró a Jaz.
-Jaz, tengo tiempo que quiero
decirte esto, pero no encontraba las palabras correctas, este tiempo que no nos
hemos visto, descubrí que no existen las palabras para decirlo de una manera
que no dañé, así que solo lo diré como es, Jaz, estoy saliendo con otra mujer,
la conocí hace un par de meses, hemos salido, al principio no era nada, solo
casualmente me invitaba al cine, o íbamos a comer a la hora del lonche, es
amiga de un amigo del trabajo y la conocí en su fiesta de cumpleaños a la que
no pudiste ir, todo paso muy rápido Jaz, no sé, somos tan parecidos, creí que
se estaba volviendo una amiga, nos reímos de muchas cosas, pasamos horas
hablando de estupideces, ella no es como tú, yo me enamoré de ti por ser
diferente, porque te gusta leer y porque eres hermosa, para mí lo eres, pero
ella, no lo sé, comencé a ir a su casa, le gusta ver ese tipo de películas que
a ti no, le gusta cierto tipo de música que a ti no te agrada y a mi si,
podemos disfrutar muchas cosas, hemos ido a todos los restaurantes que a ti no
te gustan y que yo siempre había querido ir, Jaz, no te sientas mal, esto no es
tu culpa, yo solo no sé qué hacer, quiero estar contigo porque te amo, pero
esta chica me está volviendo loco.
Jaz se quedó callada por un tiempo,
comenzó a recordar todas las cosas que sus amigos le habían dicho, que era un
cretino hipócrita, que le estaba poniendo los cuernos, que él solo la utilizaba
para tener sexo, que él no la amaba, todas esas cosas que Jaz se había negado a
aceptar, todas esas cosas por las cuales se alejó de sus amigos.
-Jaz, dime algo, dime qué opinas al
respecto, dime que va a pasar con nosotros, ¿puedes seguir estando conmigo?, te
amo, tu y yo estamos destinados a estar juntos, ya lo veras, en algún momento
tu y yo nos vamos a casar y tendremos todo lo que siempre hemos querido. Por
favor, dime algo.
Jaz, se había negado a continuar
escuchando, solo se quedó mirando a lo lejos, tratando de no mostrar debilidad,
tratando de no demostrar que le estaba partiendo el alma y que la estaba
haciendo sentir la mujer más miserable del mundo, porque ella había entregado
todo a Carlos, no solo su amor, Jaz lo había hecho todo, y aunque muchas cosas
no eran perfectas y aun que sabía que había fallado en muchas otras y que no
había entregado lo suficiente como en el sexo, por ejemplo, Jaz era nueva en
eso, de repente salía su lado agresivo y sexy, pero no estaba segura de cómo
hacerlo y ella sabía que Carlos simplemente no se quedaba conforme, pero ella
no podía hacer nada, más que intentar complacerlo y no sabía hasta qué grado
podía continuar con la farsa.
-Jaz, necesito mi espacio, me voy a
ir y en un tiempo volveré a ti, porque eres el amor de mi vida.
Carlos se levantó y se fue, Jaz
quería correr tras él y decirle que no importaba, que ella haría lo posible por
mantenerlo a su lado por volverlo a enamorar, que ella no estaba molesta por lo
que él le había hecho, sin embargo, se quedó quieta, mirando las olas del mar,
como iba y venían, escuchando el sonido de las gaviotas, simplemente sin decir
nada.
Pasaron unas horas, Jaz parecía
estar en otro universo, cuando de pronto una lagrima corrió por su mejilla,
tomo aire, se levantó y camino en sentido contrario a Carlos y con la frente en
alto se dispuso a nunca volver a entregar el corazón a un hombre.
Esa fue la última vez que Jaz hablo
con Carlos, él la visitó en varias ocasiones, seguía mintiéndole con respecto a
que ella era el único amor de su vida, que solo la amaba a ella y que lo que
había entre la otra chica y él era solo amistad, pero Jaz no le dirigía la
palabra, ella sabía perfectamente que era el amor de su vida, y que la otra
mujer solo era un juguete sexual, un capricho del culo, sabía que ella era solo
una aventura, una de esas amistades temporales, sabía que Carlos se iba a
aburrir y un día se daría cuenta de que se había equivocado, pero lo que Carlos
ignoraba era que Jaz no iba a volver nunca más a su lado, porque Jaz estaba
cansada de tantas mentiras, porque ella no era una niña caprichosa, ella sabía
el valor que tenía como mujer y que volver a caer en los brazos de Carlos,
sería como pisar el pedazo de mierda dos veces.