Luego de un tiempo me di cuenta de
que los dos estábamos enamorados, lo que me hizo pensar en que quizás el amor
continuaba siendo cruel conmigo, porque a pesar de que no hablábamos todos los
días, a pesar de que no nos habíamos dicho te amo, cada día nos enviábamos corazones
mutuamente, y sin pensarlo un día cualquiera yo sonreí al verlo, pero eso no
importaba, porque me había dado cuenta de que el destino no nos había hecho
para estar juntos, sería un amor que llevaríamos en el corazón en secreto ante
el mundo, sólo nuestro.
Yo lo espiaba de vez en cuando,
sabía que no podía ser parte de su vida, ¿Quién lo aceptaría?, mi familia no, a
pesar de que nunca han aceptado a nadie en mi vida, ¿mis amigos?, ya me imagino
a todos diciéndome lo mal que estoy, que estoy tan necesitada de amor que ando buscándolo
en brazos equivocados, pero ¿qué podía hacer yo?, teníamos tanto en común, era
simplemente perfecto, con sus detalles, principalmente uno, uno que me
atemorizaba pero a la vez eso me hacía creer que quizás era lo más perfecto del
mundo.
Y bueno, no sólo era perfecto, sino
que podríamos hablar sobre casi cualquier cosa, era maravilloso, apuesto, con
una barba muy su estilo, alto, educado, respetuoso, divertido, soltero, ¿Qué
más puedo pedir?, bueno, es fotógrafo profesional, viaja por todo el mundo, es pelirrojo
y motociclista, le gusta tocar la guitarra y sus fotografías logran
transmitirme una paz y emoción maravillosas, bueno, ¿Qué he cometido en otras
vidas para que esta sea tan injusta?, bueno si, tiene muchas cualidades, nos
gustamos, quizás no sea amor, quizás no estemos enamorados, pero sin duda me
gustaría intentarlo, el único problema es que es mayor que yo, mucho mayor, y
aun que ya hay parejas que así lo manejan, 13 años de diferencia, son muchos
para mi corazón, así que prefiero continuar enviándole corazones y recibiendo
los que él me manda y esperar que un día sin importar nada podamos coincidir en
otra vida un poco más parejos.
Saraa L. Morgan
No hay comentarios:
Publicar un comentario