¡Déjame volver a vivir, pero esta vez a tu lado!
¿Será que el corazón está loco por volver a vivir?; Hace
unos días sentí esa sensación de amor en el pecho, esa sensación que quería
desbordar su cariño, pero no físicamente, sino ese cariño tierno, de querer
decir te amo, querer sonreír al lado de un ser amado, simplemente estar ahí,
feliz, como hace mucho tiempo no lo estaba, las cosas habían cambiado sin duda,
ya nada era lo mismo, sin embargo algo volvía a nacer en mi interior.
A veces me gusta escapar de la realidad pensando en futuras
situaciones en las que me gustaría encontrarme, imaginando momentos de gloria y
victorias aseguradas, con fuerza me motivo para continuar con mis sueños y
salir adelante con mis metas, pero ese día algo era diferente, no estaba
pensando a largo plazo, sino a corto plazo, y el único problema es que me sentí
completamente sola.
Comencé a llenar esa soledad con compañías ajenas, compañías
innecesarias que no me hacían verdaderamente feliz, noches largas, llenas de música,
diversión, bebidas embriagantes, sueños incumplidos, almas perdidas, éramos
simplemente buscadores del amanecer, que sin miedo a desaparecer, continuábamos
escondiéndonos tras el refugio del miedo.
Pero ahí estaba mi corazón más fuerte que nunca, listo para
volver a comenzar, tan fuerte que estaba dispuesto a volver a arriesgarlo todo,
sin miedo a volver a perderse en el limbo de la soledad, listo para entregarlo
todo y más, listo para amar como si jamás lo hubieran lastimado, era increíble,
sentía ese fuerte palpitar en el pecho, que me decía, adelante, ¡NO TENGAS
MIEDO!, la razón por otra parte se oponía, no quería perder su objetivo, no
quería dejarse llevar, porque le daba miedo que al volver intentar sentirse
libre, volvería a perderse, pero el corazón era más fuerte y no hubo necesidad
de convencerla, simplemente logró que la razón comprendiera que era hora de
volver a vivir y que sus objetivos continuarían adelante, pero ahora en
compañía de otra mente, otra alma libre con ganas de vivir aún más y quizás esa
sería la respuesta a todas las preguntas. Saraa L. Morgan